Leer muchos mensajes de texto puede tener un impacto negativo sobre la capacidad lingüística de interpretar y aceptar palabras nuevas, según un estudio realizado por investigadores de la University of Calgary, en Canadá, que ha comprobado también que aquellos individuos que leen más en el formato impreso tradicional –libros, revistas o periódicos– son más propensos a aceptar esas mismas palabras.
Lee sugiere que leer textos en el formato impreso tradicional expone a los sujetos a un lenguaje variado y creativo que no se encuentra en el lenguaje coloquial de los mensajes de texto que se usa entre los jóvenes. A su juicio, leer propicia la flexibilidad en el uso del lenguaje y la tolerancia hacia palabras nuevas. Además, ayuda a los lectores a desarrollar habilidades que les permiten generar lecturas de interpretación de palabras nuevas o poco usuales.